Y el genio frotó la lámpara…

09/09/2023
9/9/2023
ANDÚJAR
Dos orejas y dos orejas y rabo
Los Espartales

 

Y el genio frotó la lámpara… Y de ella emergió su genialidad toda, desatada, como derramándose, como un río cuando se desborda. El genio frotó la lámpara y le dio igual la materia prima que tuviera en sus manos para obrar el milagro del toreo cuando emerge y se impone por encima de todas las cosas. Porque salió ese segundo toro de su lote de Los Espartales sorprendiéndole con su reacción: una acometida violenta con la que le puso los pitones en la perilla. Fue un arrebato, sólo un arrebato porque, después, el toro ya quiso rajarse, aunque Diego Ventura no le dejó. Y desde la primera banderilla se lo sacó a los medios y ya de ahí no salió. Como imantado por el mando sin paliativos del rejoneador, que le impuso su voluntad al toro por lo civil y por lo criminal. Le quitó todas las querencias y, literalmente, hizo de él otro toro para cuajarle una faena arrebatadora, sin un solo segundo de tregua, trepidante, una vorágine de toreo a caballo, electrizante para el público que asistía a la exhibición entre sorprendido y emocionado. La cúspide fue con Bronce, el caballo total, el caballo que lleva ya algunos años marcando la frontera entre el toreo a caballo de antes y el de ahora. Y el de mañana también. El caballo que lo aúna todo: valor, capacidad, inteligencia, torería, suficiencia y dominio de los espacios y del tiempo que reduce a la mínima expresión. Y lo echó el genio a volar, libre, y Bronce planeó por Andújar haciéndose dueño de todo a su alrededor para componer una de las obras más hermosas y rotundas de cuantas se le recuerdan. Y ya son muchas. Muchas. Coronó Diego su faena tan impecable como la concibió y Andújar se le rindió por entera entregándole los máximos trofeos.

Dos orejas le había cortado ya su primero, que fue un toro noble, pero con poco celo. Con todo, sirvió lo suficiente como para que el torero de La Puebla del Río construyera una extraordinaria faena, impecable de todo, transformando en pura emoción cada embestida del ejemplar de Los Espartales después de apurar mucho los encuentros y meterse el toro bajo el estribo en cada uno de ellos. Redondo y compacto, Diego Ventura abrió el camino en este momento para lo que vino después, que fue que el genio frotó la lámpara…