Ventura responde a la expectación
TLAXCALA
Rozó Diego Ventura la primera puerta grande de su nueva temporada mexicana, pero le denegó el palco la segunda oreja del cuarto toro de la noche, de Rancho Seco, deslucido por su falta de raza. Puso el rejoneador todo el celo que le faltó a su oponente, al que llegó mucho en banderillas con Velásquez, metiéndose por dentro entre el astado y las tablas tratando de encender sus embestidas, siempre remisas. Lo que no le importó para hacerle lo que quiso con Bronce, en un dominio absoluto de los terrenos y una exhibición total de capacidad y valor. Se entregó en las cortas al violín con Generoso y cobró un rejón certero, que desató la petición del público, sin correspondencia.
La tardanza del toro en caer dejó sin premio a Diego Ventura en su primer toro de Rancho Seco, que tuvo buen fondo, aunque fue reservón. Lo templó magistral ya de salida con Joselito, tomándolo muy en corto para consentirlo y lo cuajó en distancias muy reducidas después en banderillas con Fino y Bronce. Al quiebro con el primero y en esos terrenos de absoluta cercanía y dominio con el segundo, literalmente metido entre los pitones. El carrusel con Detalle fue el broche exacto a una labor de gran conexión con el tendido, que le tributó una cerrada ovación al término de la faena.
Si no pudo hacerlo en el ruedo, sí triunfó Ventura al cosechar su primer lleno de la temporada, justamente, en la noche de su reencuentro con México. Una constatación más del especial cariño con el que le aguarda y la recibe la afición azteca.