Ventura es el toreo total

09/09/2022

BARCARROTA
Dos orejas y dos orejas con petición de rabo
Conde de la Corte y Los Espartales

 

Otro desafío y otro triunfo incontestable de Diego Ventura. El aliciente ganadero hoy era la conjunción de dos hierros tan diferentes como Conde de la Corte -encaste Parladé- y Los Espartales -encaste Murube-. Frente a ambos se impuso el jinete cigarrero con absoluta capacidad. El primero, no exento de dificultades. El segundo, un gran toro que disfrutó de principio a fin. Y a ambos le cortó las dos orejas en otra tarde imperial.

El del Conde de la Corte fue un toro exigente por complicado. Diego lo paró con maestría con Joselito, doblándose con él y dejándolo fijado sobre la grupa en una losa de terreno. Imponía la presencia del toro, tan abierto de pitones como es propio de esta ganadería. Por eso tuvo tanta emoción la verdad con que lo lidió con Velásquez, cómo le llegó al roce de los pitones para quebrar ahí y, ahí también, salir con piruetas de tanto ajuste como despaciosidad. En ese punto, ya se había metido Ventura a la gente en el bolsillo y terminó de hacerlo con Nazarí y su enésimo despliegue de temple mayúsculo para atemperar embestida que no tenían ritmo. Incluso clavó al violín. Nazarí es el toreo total. La rúbrica vino con Guadiana, primero con el carrusel de cortas y luego, con dos rosas, previas al rejón final. Aunque precisó de dos descabellos, la petición de las dos orejas fue indiscutible.

El disfrute llegó después con el gran toro de Los Espartales, al que Diego Ventura acarició de salida con Generoso. La misma tersura con que lo quebró con Fino, la misma seda impresa en las batidas tan templadas con Nómada, puro valor preñado de una gran clase. Fue entonces el turno de Bronce y su exhibición también de toreo total. Su dominio de los espacios, de las distancias, su valor innato, la belleza de su expresión, la verdad de cuanto hace. Una locura de caballo que no deja de ser mejor cada día. Barcarrota lo ha comprobado hoy. Fue muy certero el rejoneador de La Puebla del Río con el rejón de muerte con Guadiana, e incluso, se le pidió el rabo, aunque el palco dejó el premio en dos orejas.