Una noche mágica

19/08/2023

EL ROCÍO
Dos orejas y rabo dos orejas
María Guiomar Cortés de Moura

 

Una noche mágica en El Rocío es doblemente mágica. El escenario lo predispone todo. El ambiente, la expectación de la gente, la alegría de ir a los toros, la plaza llena, la luz, el calor, el color, la aureola especial que lo engalana todo. Y en ese contexto, el mago se siente en su territorio, saca la chistera y obra la felicidad plena de la gente con su manera de interpretar el toreo, tan mágica.

Para empezar, le cortó las dos orejas y el rabo al primer toro de su lote, como todos, de María Guiomar Cortés de Moura. Lo recibió a portagayola con la garrocha a lomos de Generoso y consiguió encelar al burel en el palo, con el que ya fue marcando el ritmo que quería para la embestida. Esa que acarició como hipnotizada con Nómada toreando de costado, tan por dentro que casi barbeaba las tablas de la plaza entre la ovación creciente de la gente, entregada ya al magisterio de Diego Ventura. Se metió por dentro, galopó a dos pistas, hizo la hermosina y clavó con esa plasticidad pura tan de Nómada. Con Nivaldo, citó a escasos dos metros y clavó en quiebros inverosímiles por inmóviles, porque toda la acción de la suerte sucedía donde parecía no caber. Tras un carrusel de cortas de ligazón exacta, dejó el cigarrero un par a dos manos con Guadiana sin cabezada de una tremenda pureza. Mató por arriba y se alzó con los máximos trofeos.

Otros dos logró del segundo de su par, al que le faltó celo, que esperaba y que luego reaccionaba arreando cuando la cabalgadura de llegaba. Esa incertidumbre multiplicó el mérito de las banderillas al quiebro con Fino, perdiéndole pasos al toro, dejándoselo venir para luego reaccionar y volcarse en el corazón mismo de la reunión. Con Bronce hizo ese equilibrismo tan suyo toreando sobre el alambre de los espacios exiguos. Tan a gusto estaba Diego que, incluso, toreó desde el caballo con la muleta en un alarde de dominio total de la embestida de su oponente. Puso cortas al violín y dos rosas con Guadiana en lo que abarca una moneda de un euro y sólo tener que utilizar el descabello le privó de cortar su segundo rabo de la noche. Una noche como su escenario: mágica.