Una de esas faenas a recordar

20/05/2022

CÓRDOBA
Ovación y dos orejas
María Guiomar Cortés de Moura

 

Comenzó la corrida con un sentido minuto de silencio por el fallecimiento ayer del maestro Miguel Báez Litri, a quien, de alguna manera, homenajeó Diego Ventura con la gran faena al segundo de su lote. Un buen toro de Cortés de Moura con el que el jinete cigarrero compuso una obra excelsa con Nazarí, en una exhibición de temple absolutamente sublime. Ya toreando de costado, tan sometido el toro a su pulso proverbial, ya al clavar de frente batiendo en embroques exactos y de una belleza plástica que explotaba como fuegos artificiales. Para más inri, coronó su lección con Bronce, dominador total en todos los terrenos, también en los que son del toro, pero que este caballo arrebata para conquistar con suficiencia y un impresionante valor natural. Puso el broche Ventura con Güero y se alzó con las dos orejas que se le escaparon en el primero por mor del rejón de muerte.

Porque pinchó Diego a ese toro al que también cuajó en una faena distinta, pero vibrante de igual modo. Y eso que el astado no tuvo el empuje que el rejoneador de La Puebla del Río precisa para expresarse en plenitud. Pero como excusarse no es lo suyo, sino todo lo contrario, se la jugó con Lío en cada banderilla al quiebro, llegando al límite del encuentro para provocar sus arrancadas, que lo eran solo cuando Lío se montaba encima. El esfuerzo se perdió por la ranura del desacierto con los aceros, pero la ovación de Córdoba sonó a reconocimiento de verdad.