Tres meses consecutivos de triunfo

"Estoy disfrutando mucho, toreando muy para mí, siendo igual de libre en la plaza que entrenando en el campo"

DIEGO VENTURA, rejoneador

Diego Ventura está firmando una temporada fulgurante. Que no es nuevo en su trayectoria, pero no por ello debe quedar indiferente. Sus números son inapelables y ofrecen una primera lectura que lo dice todo del nivel de su campaña: el rejoneador cigarrero lleva tres meses consecutivos saliendo a hombros cada vez que torea. De hecho, en las veintiuna corridas de toros que suma desde que comenzara 2021 el 24 de abril en Barcarrota, ha abierto la puerta grande en veinte de ellos. Solo no lo hizo en Ávila, la tarde de los toros de Adolfo, cuando el palco le negó una oreja muy solicitada por el público que, a la postre, le habría dado el pleno. Un pleno que sí lo ha sido en los meses de julio, agosto y septiembre. Tres meses lleva instalado Ventura en el triunfo rotundo y sin paliativos, sea cual fuera la plaza y su categoría y sea cual fuera la ganadería a la que se mida.

Tal es el nivel que Diego está desplegando esta temporada que ya ha cortado nueve rabos en las 21 corridas toreadas, que son los mismos que logró en 2018 con 51 festejos en su haber. O que son cinco más que los cuatro que cortó en sus 59 comparecencias de 2019. El ritmo triunfal de su campaña en lo cuantitativo va en paralelo a lo cualitativo. O lo que es lo mismo, sus registros dibujan exactamente la dimensión de sus tardes y de sus faenas, en las que se está viendo a un Diego Ventura en plenitud, fresco, renovado, sabio y con un dominio total de todas las incógnitas que le pueda plantear cualquier toro. “Estoy disfrutando mucho, toreando muy para mí, plasmando en la plaza todo aquello que trabajo en casa o en el campo, donde la libertad para crear es otra. Me he propuesto romper esa frontera y que la plaza, al final de todo, sea el escenario donde volcar lo que imagino entrenando. En definitiva, ser igual de libre en la plaza, sentir que sorprendo, e incluso, sorprenderme a mí mismo. He reflexionado mucho durante la pandemia y el confinamiento, en tanto tiempo parado a la fuerza, sin poder hacer lo que más me gusta que es torear y compartir con el público. He entendido el valor de la cotidianeidad, de lo ordinario, de poder hacerlo y sentirlo, y la importancia como artista de hacer aquello que quieres y que sueñas sin limitaciones ni condicionantes porque eso es crear”, explica Ventura.

El torero de La Puebla del Río subyara también la dimensión de su cuadra, donde los caballos de referencia superan su propia estela (Guadalquivir, Nazarí, Lío Sueño o Bronce, por ejemplo) y los más nuevos le aportan ya una seguridad y una amplitud de registros, en muchos casos, sorprendente teniendo en cuenta su juventud y corta trayectoria aún en los ruedos (Joselito, Fabuloso, Velásquez o Guadiana). “Son muchas horas de trabajo callado, en casa, todos los días, sin pausa alguna y eso se tiene que traducir en el punto en que se encuentran los caballos. Hemos alcanzado un nivel de compenetración ideal y eso me permite llevar a la plaza tantas cosas como tengo en la cabeza y pruebo en el campo una y otra vez”, reconoce Diego. Ahora llega octubre, que supondrá la culminación a lo grande, con retos como el de Jaén otra vez con los toros de Adolfo Martín, de una temporada de absoluto relumbrón.