Todo lo posible con tan poco

04/12/2022
4/12/2022
MONTERREY
Ovación y oreja
San Isidro

 

Tampoco dispuso hoy Diego Ventura de la mejor materia prima con los toros de San Isidro en Monterrey, por lo general, muy deslucidos. El primero de ellos, literalmente, no tuvo un pase. El segundo, al menos, se movió, pero lo hizo sin clase ni verdad y complicando mucho los embroques al ponerse por delante. Pero, como queda dicho, se movió y ya ése fue el hilo del que tiró el jinete en una faena de importante fondo técnico y mucha decisión, la que le llevó a pisar terrenos comprometidos para hacer las suertes con pureza. Estrenó de salida a Sorpresa, una de las novedades de la temporada mexicana. En banderillas, se ajustó mucho en los quiebros con Velásquez y tuvieron mucho mérito los palos que clavó a base de llegarle muy arriba al toro y domeñar su aspereza. Con Bronce, redujo las distancias a la mínima expresión, imponiendo su ley, incluso, en los espacios que son del enemigo, que lo fue por lo poco que ayudó. Y con Fado, se lo dejó llegar también bastante para volcarse sobre el morillo y clavar las cortas al violín. Un pinchazo previo al rejón definitivo le privó de una recompensa mayor que la oreja que le fue concedida.

Fue su primero un toro del todo imposible que no le concedió opción alguna. Fue clavar Diego el primer rejón de castigo y rajarse el animal a tablas, agarrarse al piso y convertirse en un auténtico marmolillo. Ni por ésas se rindió el rejoneador cigarrero, que lo intentó paciente y arriesgando porque cada cite era como lanzar una moneda al aire de cuanto debía llegar a la cara y no encontrar respuesta. Incluso echó pie a tierra para matar y terminar lo antes posible con un capítulo sin más historia.