Porque el toreo es cosa de héroes…

06/07/2023
6/7/2023
TERUEL
Ovación, oreja y dos orejas
Veiga Teixeira

 

Salía Diego a hombros de Teruel, en triunfo tras una tarde en la que ese triunfo había que labrarlo porque la corrida de Veiga Teixeira no lo puso fácil. Aun en volandas, pidió que la acercaran y le detuvieran ante el azulejo en memoria de Víctor Barrio que flanquea la puerta grande del coso turolense. Lo besó, lo acarició y, mirando al cielo, expresó su respeto más profundo al compañero, al torero, al héroe que se fue porque, de cuando en vez, el toreo pide cobrarse el precio más alto para seguir estando al alcance sólo de los héroes. Como Víctor, cuyo recuerdo se agiganta por más tiempo que pase…

Fue el mejor corolario posible a una tarde que se guardó lo mejor, justamente, para su corolario. Antes, las dificultades que sacó la corrida del prestigioso hierro luso pusieron cuesta arriba el mano a mano entre Ventura y Cartagena. Nada regalaron los toros de Veiga. Ni para bien ni para mal. El primero de Diego fue profundamente malo. Nada sacó de dentro, quizá, porque nada tuviera. Nada, por más que el genio lo buscara. Para colmo, incluso se echó. Y encima, llovió con fuerza para refrendar ese inicio tan a contraestilo. Si alguna opción más le sacó Diego a su segundo fue porque es Diego. Y porque, en serlo, va no renunciar a nada con tal de dominar y de triunfar. Paró al toro con Quizás para comprobar que era toro de esperar, como agazapado, para después expresarse con genio. Cada quiebro con Lío tuvo la emoción sincera de lo incierto porque el torero iba con todo y el astado, con todas sus reservas. Hubo verdad en cada embroque, que fue como esquivar un puñal. Con Nómada, fue Ventura una y otra vez a buscar a su oponente al refugio de su querencia para imponerle su mando. El par a dos manos con Guadiana tuvo el mérito secreto de tener que asomarse tanto al morrillo para clavar porque el burel, dicho queda, aguardaba las cercanías. Cobró un rejón entero y descabelló para alzarse con la primera oreja.

Lo expuesto: lo mejor llegó al final. Fue bueno este tercer toro de Veiga Teixeira, que tuvo en la movilidad su principal virtud. Y la aprovechó el cigarrero desde el recibo con Campina, preámbulo de un tercio de banderillas excepcional con Nivaldo dejándose llegar los pitones al pecho para quebrar. Sueño, dominando las embestidas por dentro y, por dentro también, los espacios más reducidos para, como recogiéndose sobre sí mismo, meterse por donde las tablas ya rozan y cambiarle el viaje al toro. Y Bronce, atesorando eso tan suyo y de todos los días de que los espacios y cuanto en ellos cabe, lo decide él. Derroche de toreo caro y apasionante que Diego Ventura certificó de un certero rejón para cortar dos orejas de ley al final de una tarde de prueba. Para héroes. Como Víctor Barrios…