Pletórico

21/08/2022

AZUAGA
Dos orejas y rabo y dos orejas y rabo
Arcadio Albarrán

 

Doble pleno de Diego Ventura a mitad de camino de esta temporada de registros impresionantes. Doble pleno hoy el que ha certificado en Azuaga. De un lado, las cuatro orejas y dos rabos de su balance final en una tarde de la que sus números dan debida cuenta por sí solos. Y de otro, las tres salidas a hombros que ha logrado en la terna de corridas toreadas este fin de semana. Datos que subrayan el relato de una campaña -otra más- para el recuerdo de una trayectoria de leyenda vivida en tiempo presente.

Ante el primero de su lote de toros de Arcadio Albarrán, se inventó literalmente la faena el cigarrero. Porque no fue éste un animal que colaborara al nivel que certifica el premio obtenido. Fue un toro que manseó y al que faltó raza, lo que contrarrestó Ventura con una faena de fondo de oficio, de ése que va levantando el edificio de la lidia aun cuando la materia prima no es la más adecuada. Y más mérito aún tiene que lo haga con algunos de los caballos más nuevos de su cuadra. Como Rezo, que hoy se estrenó. Con solo cuatro años y un nuevo valor de la factoría Ventura, cuyo hierro luce. Clase pura la que derrocha, augurio de cosas bonitas. Como Nómada, sobre el que cimentó el tercio de banderillas y que tiene un valor innato para meterse bajo el estribo las embestidas de los toros. Incluso, como este primero de hoy, más remisos. Se los deja llegar y, ahí, en ese sitio, se vuelca para hacer la suerte con una suficiencia deslumbrante.

A su segundo le formó un verdadero alboroto. De salida, con Joselito, que tiene un imán para clavar y fijar las embestidas de inicio sobre su grupa y en un palmo de terreno. Una suerte que no pasa desapercibida ni siquiera para el gran público, que reacciona con la certeza de quien valora lo diferente. Vino luego la emoción a flor de piel con Lío en quiebros que parecen imposibles cuando Diego se dispone de punta a punta de la plaza y galopa de frente, sin variar un ápice la rectitud de su dirección. Imposible que, a esa velocidad, se detenga tan en seco a dos metros del toro y, en el instante que quiebra, provocar la arrancada y torearla por completo con los pechos de Lío y clavar. Una explosión de júbilo que prende en el público y a la que Bronce echó gasolina para que ya no se apagara con su habitual y proverbial lección de valor, de capacidad y de temple para superar todas las fronteras que delimitan los terrenos del toro y del caballo. Broncese apodera de ambos, los conquista y los reduce para quedarse a vivir entre los pitones y desafiarlos sin apostura alguna. Tras un sensacional par de banderillas cortas a dos manos con Guadiana, dejó Diego Ventura un extraordinario rejón de muerte con el que redondeó el círculo mágico de una tarde noche inmaculada.