Exhibición a la contra

01/01/2020
1/1/2020 MÉRIDA
Ovación y oreja con petición de la segunda
San Martín
 
Se estrelló Diego Ventura ante un pésimo lote de toros de San Martín en su primer compromiso de 2020. No le ofreció ninguno de sus dos oponentes opción alguna de disfrutar. Por ásperos, por peligrosos, por cómo se ponían por delante de las cabalgaduras tapando la salida, por su carencia total de un mínimo ritmo que fuera el clavo al que agarrarse. Fue toda la tarde una prueba de capacidad y de compromiso que el cigarrero aprobó por capacidad y compromiso. El único premio material lo hizo suyo, justamente, ante el peor de los toros, el segundo de su par, al que recibió con Bombón para comprobar de primeras que no lo iba a tener fácil. Tuvo mucho mérito las dos banderillas que clavó con Frascuelo por lo incierto de los embroques, con el toro respondiendo a arreones y taponando las salidas, como también las dos que ejecutó con Gitano, al quiebro y al violín, oponiendo habilidad y un innegociable sentido del espectáculo a lo brusco del animal. Apostó Ventura a ganador con los dos pares sin cabezada que puso luego con Dólar, sendos prodigios de seguridad y ambición que pusieron la plaza a revienta calderas. Parecía imposible dada la materia prima que había tenido a la contra. Culminó la faena con un rejón entero y el público reclamó las dos orejas que el palco dejó solo en una de forma inexplicable. Fue otro toro con muchas complicaciones su primero. Un animal también con peligro evidente, que se ponía por delante, tapaba la salida en las suertes y que no tuvo ritmo, frente al que se la jugó Diego de verdad desde el recibo con Bombón. La faena en banderillas fue un continuo cara o cruz, en la que cada envite con Bronce fue pura incertidumbre, un uy constante porque el torero no le volvió nunca la cara a lo que tenía delante y pisó terrenos de tremendo compromiso con Bronce, templando destemplados arreones del ejemplar de San Martín. La cima fue el par a dos manos sin cabezada con Dólar, volcándose sobre el toro, cada vez más reservón, ganándole la acción antes de que el astado le tapara la salida. Hubo ligazón y efectividad en el carrusel de cortas al violín con Prestigio, pero también varios pinchazos en el momento clave. El premio que pudo ser grande se quedó en una gran ovación.