Dos orejas a la capacidad y a la torería

24/03/2018
RICLA
Dos orejas
Diego Ventura
Sigue Diego Ventura afinando la máquina de su momento de cara a los primeros grandes compromisos de la temporada, cada vez más a la vuelta de la esquina. Hoy en Ricla, ha cortado dos orejas a un novillo de su propia ganadería, mansito de salida, pero noble y de buena condición al que el jinete de La Puebla del Río ha ido sacando lo mejor de su fondo en una faena de lidia con pasajes también de esa espectacularidad que es inherente a su concepto. Paró al utrero con Lambrusco y dejó dos rejones de castigo, prólogo al debut de Vivaldi, otra de las novedades de la temporada en su cuadra, con el que destacó en el toreo de costado por los adentros, lo que fue clave para que Diego terminara de hacer romper hacia adelante al burel y encelarlo. Hizo uso Ventura de ese pulso que es como la caricia que nunca falla cuando de convencer se trata. Se expresó con clase Vivaldi, con el que el rejoneador ejecutó batidas muy ajustadas, llegando a centímetros de la cara del novillo para provocar el embroque y clavar. Ese punto reservón del animal le sumó más transmisión a las banderillas ejecutadas al quiebro a lomos ya de Lío, con el que, como tantas veces, fue capaz de aunar en uno solo todos los tiempos de la suerte al llegar a la cara para motivar la arrancada, quebrar en un metro cuadrado y clavar al estribo, lo que levantó al público de sus asientos y le puso calor a la gélida tarde. Cerró Diego Ventura el tercio de banderillas con Bronce para terminar su faena clavando cortas al violín ya con Remate. Dejó un rejón casi entero y hubo de echar pie a tierra para usar el descabello, pasaje que el rejoneador revistió de ese regusto que derrama cuanto toma una muleta, en este caso, en ayudados por bajo muy toreros y de mentón hundido. El público aragonés se le rindió y le concedió las dos orejas que le ha abierto una nueva puerta grande.