Dominador

09/04/2022

POZOBLANCO
Oreja y dos orejas
Los Espartales

 

Tarde grande hoy en Pozoblanco por muchos motivos. Por el cartel, por el ambiente previo, por el casi lleno en los tendidos, por cómo se lo pasó la gente y por el alto nivel de los tres toreros. Entre ellos, Diego Ventura, de nuevo arrollador e inapelable en una tarde en la que de nuevo estuvo por encima de las posibilidades de su lote de toros de Los Espartales, a los que faltó un punto más de fondo y de movilidad. Excusa cero, en cambio, para el jinete de La Puebla del Río, que rozó los máximos trofeos del segundo de su lote, al que le formó un verdadero lío. Apuntó que iba a por ello desde el recibo a portagayola con Campina para, ya en banderillas, poner la plaza en pie quebrando al quiebro con Fino, otra vez, a su mejor nivel. Ya clavando de poder a poder, ya dejándose venir por entera la embestida del toro de Los Espartales al tiempo que perdía pasos para apurar al máximo el momento justo del embroque y hacer la suerte entre la sorpresa del público. Fue una de las cimas de su faena, entre las que también se cuenta el toreo con Bronce, dominador absoluto de todos los terrenos y sencillamente perfecto en un par a dos manos sin cabezada que, otra vez, puso a la gente en pie. La rúbrica con el rejón de muerte impecable, por arriba y haciendo la suerte con suma lentitud a lomos de Guadiana. La petición del rabo fue importante, pero el palco no la correspondió.

Ya tenía Diego una oreja de su primero en el esportón, un toro noble, pero reservón, de ahí el mérito de su toreo de costado con Néctar, llevando muy ligado al burel, pulseándolo y templándolo como si fuera más veterano de lo que es. Sobresaliente fue la aparición de nuevo de Sueño para desplegar también su dominio de todos los espacios, incluso, de los que pareciera que no existen, como cuando se mete por dentro, entre el toro y las tablas, y con los pitones rozándole los cuartos traseros. Tuvo que utilizar el descabello y eso le privó de un botín mayor.