Diego Ventura ya está en México
Diego Ventura ya se encuentra en México, donde ha aterrizado este mediodía (madrugada en el país azteca) para empezar a preparar una nueva temporada en el país azteca compuesta por una quincena de corridas. La primera de ellas será el próximo jueves 2 de noviembre en Tlaxcala. El rejoneador de La Puebla del Río apenas se ha dado once días de tregua entre el final de la campaña europea y ésta nueva en México y asegura que “cuando uno se encuentra tan a gusto y disfruta tanto toreando como lo estoy haciendo yo, lo que el cuerpo te pide es seguir toreando. No necesito descansar más, la verdad”. Contará con una decena de caballos, algunos de los cuales ya viajaron con suficiente antelación y a los que en diciembre se le incorporarán, al menos, tres más. Entre ellos, estrellas habituales de su cuadra como Joselito, Velásquez, Fino, Bronce y Sueño.
El mes de noviembre será especialmente intenso, con hasta cuatro carteles ya confirmados, como los de Pachuca, Juriquilla y San Miguel de Allende, además del primero ya citado en Tlaxcala. Una vez más, Diego Ventura fijará su cuartel general en el Rancho El Ciervo, propiedad de la familia Funtanet, “mi familia mexicana”, subraya el torero. Le acompañan su apoderado Andrés Caballero e Iván García, su mozo de espadas, que se unirán a Mario Figueredo, auxiliar de su cuadrilla y hombre de confianza de Ventura. También a Othon Ortega y Alejandro Amaya, sus representantes en México. Los planes de Ventura son permanecer allí, al menos, hasta final de febrero, cuando regresará a España para la nueva temporada. “Me hace mucha ilusión la campaña que nos espera. En México disfruto mucho, me siento muy bien acogido, tanto en la plaza como fuera de ella, y es un tiempo que me aporta mucho en lo personal y en lo profesional. Sin duda, es la mejor manera de rematar el año del veinticinco aniversario de mi alternativa”, explica.
El jinete cigarrero ya protagonizó entre noviembre de 2022 y febrero de 2023 una temporada de quince corridas de rejones en México, en las que cortó 31 orejas y cinco rabos, a pesar de que los últimos compromisos los afrontó muy mermado de facultades al fracturarse el peroné de su pierna derecha en el festejo de La Petatera como consecuencia de un fuerte derrote del primer toro de su lote de aquella tarde.