Diego Ventura pone las cosas en su sitio

02/09/2023
2/9/2023
ALCÁZAR DE SAN JUAN
Dos orejas y dos orejas
Los Espárzales

 

No suele quedarse Diego Ventura mucho tiempo con sabores amargos en el paladar de su satisfacción interior y ya eran demasiadas dos tardes sin sentir las dulces mieles del triunfo, a medias, por el escaso juego de sus oponentes y sus desaciertos con el rejón final. Así que hoy se sacó la espina a lo grande en Alcázar de San Juan, en una tarde donde sí encontró la colaboración de un buen par de toros de Los Espartales, con el temple y la clase como virtudes comunes, que permitieron al genio de La Puebla del Río sacudirse esa pesadez de lo inmediatamente anterior y recobrar su senda habitual de triunfo.

Dos apéndices sumó al término de sus faenas. La primera, a un toro muy templado que le permitió brillar y gustarse desde el recibo y, muy especialmente, en banderillas con Nómada, en la temporada en que se está haciendo grande, muy grande. Porque le viene de serie y en la sangre, el temple se le derrama. Pulso de seda le imprimió Ventura con Nómada al toreo de costado siguiendo el hilo de las tablas como después en dos banderillas muy de frente en las que se dejó llegar muy cerca el tranco enclasado del ejemplar de Los Espartales. También se rebosó Diego en los rehiletes al quiebro con Nivaldo, sin duda y junto a Nómada, el de sus caballos nuevos que más está creciendo este año. Con Isco primero con las cortas y montando a Guadianadespués para dejar un par a dos manos de perfecta ejecución, le puso el torero el broche de oro a su primera actuación, rematada con un rejón de efecto fulminante.

Fue bueno también el segundo toro de su lote, que paró y fijó con luminosa maestría con Guadalquivir. Su manera de encelar a los toros es como si le echara por delante los vuelos congelados en el tiempo de un capote. Ya en banderillas, los quiebros con Líoderrocharon verdad y pureza de cuánto absorbió Ventura la embestida desbordante de clase también de su oponente para torearla de principio a fin con los pechos del caballo. Con Bronce puso el virtuosismo de dominar los espacios más inverosímiles, incluso, sin cabezada, sencillamente, dejando que Bronce vuele y se dé por entero a manera tan apabullante de torear. De nuevo Isco y Guadiana abrocharon la obra a lo grande. Con las cortas ambos. Guadiana, al violín. Otra vez mató perfecto y por arriba Diego y, otra vez, recogió el premio de las dos orejas para cerrar una tarde absolutamente redonda.