Gran tarde en Alicante pero el acero deja el premio en una sola oreja

Diego Ventura ha alcanzado un altísimo nivel esta tarde en Alicante, donde solo el acero le ha impedido salir por la Puerta Grande. Sus dos faenas han sido un compendio de rejoneo del bueno, una nueva demostración de que Ventura está llevando este arte a una nueva dimensión difícilmente alcanzable por sus competidores. Sobre todo con Pegaso ha vuelto a marcar las distancias con banderillas en las que el caballo espera la reunión con el toro andando hacia atrás.

Al primero de su lote lo paró con Buena Vibra, doblándose muy bien y haciendo las cosas con mucho temple. Puso un primer rejón yendo muy de frente. Brindó la faena a la cantante María Toledo y en banderillas se apoyó en la enorme capacidad de Nazari para meter en la canasta a un toro bastante remiso, pisando un terreno prohibido para galopar de costado a un toro al que tenía que provocar. Estuvo cumbre con este caballo, llegando a soltar al final las riendas en una pasada en el colmo del dominio. Siguió con Milagro con la que dio quiebros cumbres, arriesgando mucho y poniendo toda la carne en el asador. Cerró con Remate con tres cortas y el adorno del teléfono. Mató de pinchazo y rejonazo y fue ovacionado.

Al quinto lo paró con Cigarrera, templando mucho y dejando un rejón de castigo. En banderillas comenzó a un altísimo nivel con Pegaso con el que galopó de costado y clavó tres grandes pares, en especial segundo y tercero andándole hacia atrás al toro, reservándose la reunión hasta un punto que parecía imposible. También Oro, que reaparecía después de un percance en Madrid, estuvo muy bien y siguió elevando el tono de su actuación, citando a pie cojito y clavando dos palos excelentes por ajustados y puros. Volvió a acabar con Remate clavando dos pares a dos manos y una rosa. Mató de rejón atravesado y tuvo que descabellar dos veces, quedando el premio en una sola oreja. En resumen, lo que pudo ser un triunfo de tres oreja quedó en una, premio que no hace justicia a una tarde imponente del rejoneador de La Puebla.

Fotos: Glez Arjona