De Diego a Fernando, de torero a torero

30/03/2019
ALCOCHETE
Vuelta al ruedo
Luis Terrón
Fue un palo duro perderle. Tan joven, tan pleno. Fernando Quintela se había ganado ya un lugar destacado entre los mejores forcados del momento. La fatalidad de aquella noche de Moita heló el corazón de tantos toreros –como él- que ya le admiraban por su forma de hacer ante la cara de los toros. Diego Ventura entre ellos. Y ese sentir de pesar pesó como un témpano de hielo que cayese a plomo sobre Alcochete al tiempo que se hacía el silencio en su memoria. Un homenaje de justicia y de reconocimiento. Fernando merece ese recuerdo para siempre en forma de monumento para el que ya se trabaja y que también daba sentido a este festival de hoy. Y un monumento a su memoria le ha dedicado el propio Ventura con una actuación tan de feria importante por más que se tratara de un festival. Era también su estreno en lides portuguesas en esta nueva temporada y Diego lo volcó todo en su faena al novillo de Luis Terrón, manejable, que tuvo enfrente. Lo paró con eficacia con Lambrusco y lo cuajó en banderillas con Lío y con Dólar. El primero, en cada banderilla al quiebro que le recetó, haciendo la suerte con tanta precisión como capacidad de sorpresa por lo al límite que la realiza. El segundo, porque cada tarde perfecciona la suerte que ya es el par a dos manos sin cabezada, la culminación del nivel mayúsculo de doma que Diego alcanza con este caballo que el destino le tenía reservado para hacer historia. No hubo ni un instante de tregua entre un asombro y otro que dieron contenido a la actuación del rejoneador de La Puebla del Río, empeñado en brindarle su homenaje más cierto y sincero a Fernando Quintela, que hoy habrá disfrutado viéndole desde donde quiera que esté.