Ventura arrebata en Moroleón

15/01/2019
MOROLEÓN
Oreja y dos orejas
Xajay
Ambiente espectacular en los tendidos de Moroleón, llenos por completo. Otro más en la temporada mexicana de Diego Ventura, que sigue arrasando. Fusión total del público con el rejoneador en cada momento de sus dos faenas. Complicidad y química. Pasión encendida. El toreo emotivo y emocionante a manos del rejoneador de La Puebla del Río. Otra conquista. Esta vez, ante los toros de Xajay y con varios caballos de su cuadra a un nivel sencillamente estelar: Bronce, Gitano, Oro y Dólar. Ventura no falla. Le había cortado una oreja a su primer enemigo y le quedaba pendiente certificar la puerta grande, lo que hizo en su segundo a base de cautivar en una actuación que no fue sencilla desde su entramado técnico por cuanto que el toro de Xajay exigió. Lo recibió con Bombón antes de construir un tercio de banderillas sin pausa alguna, primero, con Oro, que fue un derroche de oro puro. Con él templó en el toreo de costado con la dificultad de que no siempre fue el toro metido, le costaba y había que esperarle para tirar de él y encelarle a continuación. Cuando el burel se paraba y no le seguía, Diego se metía por dentro, muy al hilo de las tablas, concentrando en el ajuste de la suerte su pureza. Se expresó con clase de la grande Oro en cada envite, en su forma de provocar y abarcar la embestida del ejemplar de Xajay. Luego apareció Dólar y estalló la pasión con el par a dos manos sin cabezada, un par excepcional, a la altura de la complejidad del toro y lo mucho que aguardó hasta el embroque. Tuvo emoción y verdad a raudales y el público así lo entendió en su manera de celebrarlo. Mató de un certero rejón con Toronjo, lo que le valió la unanimidad del doble premio. Se movió con transmisión su primer toro de Xajay, al que paró también con Bombón en un saludo de mucha torería y donde Diego Ventura ya comenzó a imprimir el temple en forma de tiempo exacto que, ya en adelante, multiplicó las posibilidades de la embestida del bravo. Así las cosas, lo disfrutó de verdad y lo cuajó con Bronce, este caballo que ya se ha hecho mayor de edad en muy poco tiempo y que, después de demostrar tantas veces su capacidad para poderle a los toros malos, hoy se recreó ante uno que le dejó llegar y quedarse en ese terreno de cercanías donde él es feliz. Lo hizo para torear de costado, para clavar desde el mismo balcón, para torear por la cara desafiante y desafiando, ofreciendo la verdad de su mirada en su propia expresión y en su plena sinceridad al pasarse tan cerca de los toros. El lío estaba ya formado y Ventura lo prolongó con la luminosa espectacularidad de Gitano y su forma tan sorprendente de hacer la suerte de clavar al quiebro y al violín, otro rescate de Diego de la memoria del tiempo para pasarlo por el tamiz de su genialidad y rendir homenaje así a su admirado Ginés Cartagena. Ejecutó el carrusel de cortas con Prestigio, con el que mató al segundo intento, lo que le valió su primera oreja.