Continúa su ascenso mexicano: corta cuatro orejas y un rabo en Veracruz
Los habitantes de la ciudad de Tlacotlapan, Veracruz, vieron recompensados los largos meses de trabajo que les llevó acondicionar la ciudad para los festejos de La Candelaria, ya que el rejoneador Diego Ventura se alzó como triunfador con otra actuación incontestable en la que obtuvo cuatro orejas y un rabo.
Esta hermosa ciudad, que fue fundada en el siglo XVI por los españoles en el enorme cauce del Papaloapan “río de las mariposas”, sufrió hace cinco meses los embates de la naturaleza que dejó al lugar bajo las aguas. Sin embargo, sus habitantes se sintieron recompensados por el esfuerzo que hizo Ventura para llegar a torear aquí a pesar de acusar aún los efectos de la enfermedad que el pasado domingo le obligó a cancelar un compromiso en el norte del país.
Diego Ventura llegó a Tlacotlapan y fue arropado por el cariño de este público, orgulloso del lugar que en 1998 fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Tras haberse celebrado la tradicional cabalgada por el centro histórico de la ciudad, entre la música y el colorido, los rejoneadores que esta tarde participaron en la corrida de toros se trasladaron al escenario taurino, donde Diego Ventura se sumó a este ambiente de inspiración y se convirtió en el centro del festejo.
El primero de su lote fue un ejemplar de buenas condiciones que le permitió desarrollar un toreo de temple. Las primeras evoluciones fueron sobre los lomos de Chocolate, ejemplar que debido a las condiciones que de salida presentan los toros en México, se está convirtiendo en parte medular de las actuaciones del caballista español. Con este, colocó dos rejones de castigo y sobre Revuelo, con el que realizó el toreo de costado, hizo lo propio al clavar de forma certera dos banderillas.
Apareció entonces Morante para cautivar a este público veracruzano que sin salir del asombro ovacionó en pie a caballero y caballo, que se fundieron para colocar dos banderillas rematadas con la mordida del equino a su rival. El cierre de la labor se llevó a cabo con Don Ramón, que dio tal juego que incluso permitió a este rejoneador colocar cuatro banderillas cortas, previo a la ejecución de un impresionante rejonazo, con lo cual, se ganó las dos primeras orejas de la tarde.
Si bien el quinto no mostró las cualidades del anterior, a cambio, permitió que la afición vibrara con la entrega y la disposición de Diego y su cuadra. Para enfrentar este reto, montó a Triana al recibir de forma vistosa al toro. Apareció entonces Cantú que se desenvolvió con soltura y brillantez para cuajar dos soberbias banderillas. No se quedó atrás Califa, que de nuevo respondió a la exigencia de su jinete que, sabedor de las capacidades de este equino, lo dispuso para clavar un par de banderillas largas a dos manos; otras tres cortas, dos rosas y cerrar con un rejonazo fulminante para que entre el clamor popular, Ventura, recibiera las dos orejas y el rabo.
Diego Ventura alternó con Enrique Fraga y Horacio Casas. Se lidiaron toros de El Vergel y Gómez Valle. La plaza estuvo a punto del lleno.
Fotos: Ángel Sainos
Tlacotalpán (México)
Toros: El Vergel y Gómez Valle
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