Con la miel en los labios

31/05/2022

VILLARROBLEDO
Ovación y oreja
María Guiomar Cortés de Moura

 

Privaron hoy los aceros a Diego Ventura de sumar una nueva puerta grande en Villarrobledo, un triunfo que tenía en sus manos al término de ambas faenas. Pero el descabello en el primer caso y el rejón de muerte en el segundo redujeron a una oreja su recompensa, sobre todo, en el cuarto, el mejor de sus dos toros de María Guiomar. Ante éste, compuso una faena a más que comenzó con Néctar y que alcanzó su cima en banderillas con Fabuloso y Bronce. Fue con el primero de ellos con el que disparó el nivel de su actuación en banderillas al quiebro de mucho ajuste y exposición rematadas con piruetas donde parecía que no cupieran. Lo alto del listón lo elevó a las nubes con el infalible Bronce, dicho ya tantas veces, un verdadero prodigio de caballo, que pisa y manda en terrenos que queman. Que queman menos a él, que más pareciera ser feliz en ese precipicio donde torea con una suficiencia natural que embelesa. El par a dos manos sin cabezada fue sencillamente soberbio, como muy ligado el cierre con Guadiana antes de marrar con el rejón.

Lo hizo con el descabello en su primero, un toro al que le costó mucho ir hacia adelante, que era renuente y que medía mucho sus acometidas, como comprobó Diego en cada embroque con Velásquez, de un riesgo mayúsculo por la incertidumbre que el torero asumió. Le dio todas las ventajas a su enemigo con Lío, al citar perdiéndole pasos, dejándose venir al de Guiomar para romper quebrando en el último momento y salir con suma limpieza de la suerte. Fue el punto álgido de su faena, que culminó muy ligada también con Güero al clavar las cortas. Cayó algo contrario el rejón porque la condición reservona del toro no facilitó para nada el encuentro, por lo que precisó del descabello hasta en tres ocasiones.