Ventura, pletórico en una tarde para la historia

Diego Ventura se ha mostrado pletórico y la levantado al público de sus asientos en la plaza portuguesa de Santarem, donde se ha vivido una tarde para la historia que Diego ha compartido con Joao Moura padre e hijo en una plaza llena a reventar.

Hacía treinta años que no se colgaba el cartel de ‘no hay billetes’ en este coso portugués, donde hoy incluso se han quedado más de mil personas en la calle sin poder conseguir localidades para la corrida. Además de este ambiente excepcional, la corrida de Pasanha ha sido muy buena y ha propiciado una tarde para el recuerdo en la que Ventura ha hecho las delicias del público portugués, dando tres vueltas al ruedo (en Portugal no se cortan orejas).

Diego Ventura apostó fuerte desde el primer momento. Dispuesto a darlo todo, se fue a portagayola con Girasol, que paró muy bien al toro de Pasanha y clavó dos rejones de frente, citando de punta a punta de la plaza y avanzando hacia el toro al paso. Con esta acción Ventura ya se ganó al público portugués, pero aumentó la intensidad en banderillas con Nazarí, con el que dio una vuelta completa al anillo con el toro cosido al estribo y clavó dos banderillas de excelente ejecución. Con Distinto rizó el rizo y clavó dos banderillas increíbles partiendo de una distancia muy cercana al toro -apenas tres metros- y quebrando para clavar en todo lo alto. El público asistió a esta última fase de la faena en pie e hizo que Diego diera la vuelta al ruedo, pidiendo incluso que diera una segunda que el rejoneador no quiso dar.

Ventura salió en el mismo son en el segundo de su lote. Ya con Chocolate formó un auténtico alboroto parando al toro en apenas tres metros cuadrados. La forma en la que el caballo se doblaba dejándose llegar al toro y templándolo era un auténtico espectáculo. Con él clavó dos rejones al quiebro citando de nuevo de punta a punta de la plaza. El público reaccionó con alboroto en los tendidos ante la lección de Ventura. Con Manzanares la faena adquirió una altura insospechada al dar dos vueltas al ruedo galopando de costado. La gente se volvió loca con esto y con las piruetas ajustadísimas con las que Diego adorno dos excelentes pares. Todo tuvo mucha transmisión porque el toro arreó de lo lindo antes de rajarse e irse a tablas. Pese a ello, Ventura siguió en su línea con Morante con el que clavó dos banderillas para luego dejar que mordiera al toro. El premio esta vez fueron las dos vueltas al ruedo, máximo reconocimiento de un público que incluso le pidió que se hiciera acompañar por el caballo ‘Morante’ en ellas como colofón a una tarde pletórica.

10/06/2009

Santarem (Portugal)
vuelta y dos vueltas al ruedo
Toros: Pasanha