Magisterio y triunfo grande en Barcelona
Diego Ventura ha dado una lección magistral en Barcelona, donde ha conseguido cortarle dos orejas con mucha fuerza al segundo de su lote, perdiendo más trofeos en el primero por el mal uso de los aceros. La actuación de Ventura ha sido completa y ha venido a mostrar el gran momento que atraviesa el rejoneador de La Puebla y el altísimo nivel de su cuadra.
Diego aprovechó su presencia en la Monumental de Barcelona para reivindicar la vigencia e importancia de los toros en Cataluña. Lo hizo portando la señera en el paseíllo y también cuando salió a hombros.
Al primero de su lote lo paró con la yegua Triana en el centro del ruedo realizando una lidia perfecta, colocando sólo un rejon de castigo. En banderillas comenzó la faena con Orobroy, con el que formó un alboroto realizando dos vueltas al ruedo galopando de costado por las tablas y metiéndose por dentro, lo que puso al publico en pie.
Con Wellington siguió elevando el tono de la faena, colocando dos banderillas al quiebro, uno de ellos en el Mismo centro del ruedo, jugueteando con el toro después.
Terminó la faena con Califa clavando tres cortas. Había hecho mérito para un triunfo importante, pero mató de dos pinchazos y un rejonazo. El fallo con los aceros le impidió cortar trofeos, aunque la oreja fue pedida insistentemente.
En el segundo de su lote se superó si cabe. El toro de Capea también fue un buen colaborador y Ventura lo cuajó de principio a fin. Comenzó con Maletilla recogiéndolo en un palmo de terreno. El caballo giraba sobre sí mismo apoyado en los cuartos traseros y el toro describía círculos a su alrededor en una estampa que enloqueció al público catalán.
Con Revuelo estuvo sensacional en banderillas, colocando dos palos extraordinarios. A la salida de uno de ellos dio una pirueta tan ajustada que el caballo perdió el equilibrio y Ventura cayó al suelo, por fortuna sin consecuencias. Subió de nuevo al caballo y clavó otra banderilla sublime.
Toda la faena transcurrió en el centro del ruedo y en ese terreno clavó dos buenas banderillas de poder a poder, echándole luego el caballo encima y adornándose con los habituales bocados. Cerró la faena con Califa colocando tres cortas y mató de rejonazo fulminante, cortando dos orejas con mucha fuerza.
Este premio fue el pasaporte para salir a hombros de la Monumental portando de nuevo la bandera de esta tierra como apoyo incondicional a la fiesta de los toros.
Fotos: Carlos Núñez
Barcelona
Toros: Capea
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