La esquiva suerte final que no hace justicia

Todo iba según lo previsto. Diego Ventura había cuajado una faena espectacular, sobre todo en banderillas a lomos de Fino y de Ritz después de haber recibido y parado al novillo con Altozano. Con Remate y en las cortas, todo había quedado en su sitio, el del triunfo, precisamente, para amarrar éste. Pero en el toreo, la suerte final cuenta y mucho. Precisó Diego de varios intentos antes de dejar el rejón definitivo y fue ahí donde todo se truncó. Una lástima porque la obra, hasta entonces, era sencillamente impoluta. Tuvo nobleza el novillo de Castillejo de Huebra y Ventura así lo entendió desde el principio. Lo cuidó desde los primeros encuentros con Altozano potenciando así sus virtudes, explotando su fondo. Apostó el jinete con Fino dejándose llegar al utrero para torearlo al hilo de los tablas en cambios ajustados y emocionantes, lo que prendió ya hasta el final la mecha de la conexión con el tendido. Como Ritz es garantía de espectáculo total, ese mismo que convierte al público que le ve en cómplice irremediable ante su facilidad para pisar terrenos donde la suerte se juega de verdad, el listón de la conexión del tendido con la faena de Ventura subía con cada suerte, en cada banderilla. Dicho queda que también Remate cumplió con su parte al clavar las cortas, una segunda parte del tercio de banderillas en el que hubo ligazón y ajuste por igual. Pero esa suerte final de la que tanto depende se puso esquiva esta vez y dilapidó la consecución de trofeos. Aunque como es tiempo de medir, de probar, de ir atemperando pulso y sensaciones, lo importante hoy era, justamente, seguir afianzando de cara a la llegada pronto de las primeras citas destacadas. Y Ventura está preparado...  
06/03/2016
6/3/2016 Arroyo de la Encomienda (Valladolid)
 ovación
Castillejo de Huebra