Diego Ventura es de primera

A punto de terminar –sólo resta la cita de Jaén el próximo 20 de octubre- la de 2018 ya se puede calificar como la mejor temporada en la vida de Diego Ventura. Lo que ya es decir, a tenor de su propia trayectoria. Cuando parece imposible que se supere a sí mismo, va y lo hace. En este sentido, hay un dato que merece la pena ser destacado: el rejoneador de La Puebla del Río ha cortado este año veintidós orejas y dos rabos en sus siete comparecencias en plazas de primera categoría. Un registro que lleva a un titular: Diego Ventura es de primera.

Son cinco los cosos de la máxima categoría por las que ha pasado este año el jinete cigarrero: Arles, Madrid (en tres ocasiones), Córdoba, Málaga y Zaragoza. Sólo de Málaga se fue a pie, el 16 de agosto y porque pinchó una faena a un toro de Cortés de Moura que pudo haber sido de rabo. En Las Ventas, en cambio, no sólo ha hecho pleno, sino que lo ha prolongado del año pasado, de forma que Diego suma cinco puertas grandes en Madrid en sus últimos cinco paseíllos allí en las dos últimas campañas. Sin duda, la más importante de estas tardes de primera en 2018 es la del 9 de junio, cuando el jinete cortó cinco orejas y un rabo a su terna de toros de Los Espartales. Es ya la tarde del rabo, el que hacía 46 años que nadie obtenía en Las Ventas y el primero en la historia de esta plaza a manos de un rejoneador. Fue ésa una tarde pletórica de Diego Ventura, rotunda y redonda, indiscutible y tremendamente emotiva por la química que se generó entre el torero y el público. En lo numérico –pero también en lo artístico- hay otra tarde del más alto nivel del jinete en 2018 en plaza de primera, es la de Arles. Fue el 2 de abril, con los toros de San Pelayo, su primer gran golpe de efecto del año al hacerse con cuatro orejas y un rabo.

Por supuesto que, por lo que significa, en este podio cabe incluir la cita histórica del pasado 6 de octubre en Madrid. Histórica porque, una vez más, Diego Ventura se convirtió en el primero en hacer suyo un hito: torear seis toros en solitario en Las Ventas. Como no podía ser de otra forma, la saldó con un doble triunfo: de un lado, el artístico, al cortar tres orejas y sumar su decimoséptima puerta grande, y de otro, al llenar los tendidos, con casi 23.000 personas y en corrida fuera de abono. Por cierto que el primero de los trofeos de esa tarde lo consiguió de un ejemplar de Miura, otro acontecimiento único en su haber. Lo hecho y lo vivido ese día ya está escrito en los anales del toreo y del rejoneo. Y lejos de pagar peaje alguno por el esfuerzo físico y mental de ese 6 de octubre, Ventura se entretuvo al día siguiente en sumar cuatro orejas (con petición de rabo en su segundo toro) de su lote de Ángel Sánchez en Zaragoza, ofreciendo una dimensión colosal y sublime. No pudo ser más completo su regreso a un coso, cuyas puertas se le cerraban en las últimas temporadas.

Como anticipo de lo que habría de venir después, el torero también se fue a hombros de su primer encuentro de 2018 con la Plaza de Toros de Las Ventas. Fue el 20 de mayo, consiguió dos orejas de su trío de toros de San Pelayo y firmó otro registro más: convertirse en el torero de a pie y a caballo con más puertas grandes en Madrid. Ocho días después, cerró con tres orejas su paso por Córdoba, frente a ejemplares de Fermín Bohórquez. Datos y hechos éstos que bien sirven de referencia de lo que ha sido la temporada 2018 de Diego Ventura. De lo conseguido al final de ella y de los retos asumidos en su condición de figura máxima del rejoneo de éste y de todos los tiempos. La mejor conmemoración posible, el mejor culmen ahora que cuenta ya por veinte sus años de alternativa. Y aún queda México.