Como si no hubiera mañana

05/01/2019
MÉRIDA
Oreja y ovación
La Antigua
Regresó Diego Ventura a Mérida por segunda vez en apenas cuatro días dada la expectación que había levantado su primera comparecencia y correspondió el rejoneador al tremendo cariño del público con un despliegue de entrega sincera y de recursos a prueba de bomba frente a un lote de toros de La Antigua de juego dispar. En lo tangible, mereció más el torero, pero se lo impidió, sobre todo, la aspereza llevada al límite del segundo de sus oponentes, un ejemplar de grandes dificultades ante el que se la jugó sin cuento. Diego Ventura le cortó la primera oreja a un buen toro de La Antigua, al que paró dejándoselo llegar y ofreciéndole los pechos del caballo para clavar de frente y muy despacio. El toro no fue fácil porque tenía cierta tendencia a ponerse por delante, pero el jinete concibió un tercio de banderillas espectacular con Bronce, muy metido en los terrenos del burel, con la cara del caballo literalmente asomándose al balcón del riesgo sumo que habita entre los pitones, marcando el tempo y dominando los tiempos, encelando y toreando con un pulso de prodigio. Le puso continuidad con Prestigio en un ligado carrusel de cortas, tras lo que cobró un certero rejón después de un primer pinchazo que le valió ese primer trofeo, pedido con fuerza por el público, entregado de verdad ante la rotunda faena del rejoneador. Fue pésimo el juego de su segundo ejemplar, un toro muy deslucido de La Antigua también, que no se prestó nunca a los intentos del jinete por hacerle faena. Lo paró con Bombón dejando un solo rejón para no mermar las escasas opciones del animal, pero éste rompió a peor en banderillas. Se la jugó de verdad con Oro primero y con Colombo después por lo mucho que le llegó al toro para tirar de él. Y lo consiguió con importancia justamente por su tremenda dificultad en diferentes compases, por ejemplo, toreando de costado con Oro, sorteando los arreones a la defensiva del manso. También luego con Colombo, al clavar dos banderillas muy de verdad, que tuvieron mucho de cara o cruz por cuánto apuró Ventura los embroques ante la espera siempre del astado. Dos banderillas de sumo riesgo, que no dejaron indiferente al público. Tampoco se tapó Diego en el carrusel de cortas con Prestigio, otra vez invadiendo los terrenos de su oponente y desafiando su brusquedad. Mató pronto y recibió una fuerte ovación de la afición yucateca, consciente de la verdad con la que se había expresado Diego Ventura ante un enemigo tan enemigo.