Menos de lo merecido

14/08/2018
HUESCA
Oreja y ovación
Passanha
   
Tarde a la contra la de hoy en la Feria de la Albahaca de Huesca para Diego Ventura, muy determinada por el juego tan vacío de los toros de Passanha. De escaso fondo, ayudaron muy poco a pesar de que el jinete cigarrero desplegó otra exhibición de recursos técnicos, de doma, de valor, de ambición y de capacidad para enganchar con la gente, que no dejó la menor duda de la disposición total con que encaró su reencuentro esta tarde con esta plaza y esta feria de San Lorenzo. El primero de su lote fue un toro tremendamente deslucido. Desrazado y sin clase, no le ayudó nunca, a pesar de que Ventura lo trató como si fuera bueno. Lo paró con Lambrusco con el que clavó dos rejones de castigo tratando de espabilar la sosa acometividad del ejemplar de Passanha. El tercio de banderillas fue un puro ejercicio de lidia y de brega, de montarse encima del astado para sacarle más partido del que tenía. Arriesgó de verdad al llegarle tanto con Lío para quebrar y clavar porque el toro casi no se inmutaba y, desesperadamente reservón, lo esperaba sin intención alguna. Pero no se escudó Diego en ello y, lo dicho, se montó encima de él en cada banderilla que clavó. De muy alto nivel fue el par a dos manos con Bronce y el toreo por la cara que le instrumentó en un despliegue de seguridad y de valor y aun sabiendo que no hallaría recompensa en la misma medida en que daba entrega. Mató de un rejón certero y le fue concedida una oreja. Aún peor fue su segundo enemigo, del mismo hierro de Passanha. Lo paró con Campina con dos rejones de castigo y luego, ya en banderillas, como antes, todo surgió de la mano del torero de La Puebla del Río en aras del triunfo y de corresponder al cariño de la afición oscense. Lo logró por momentos, sobre todo, con Fino, con el que ejecutó dos rehiletes al quiebro que tuvieron verdad y emoción por el ajuste en el encuentro y en la misma nuez de la suerte. Puso en liza entonces a Dólar tratando de mantener lo más alta posible la conexión con el tendido, cosa que logró. Lástima de los dos pinchazos que le hicieron echar pie a tierra para descabellar porque ahí perdió la opción de premio.