Puerta grande en Berja a contracorriente

05/08/2017
BERJA
Oreja y oreja
Benítez Cubero
Hay tardes que se empinan y pesan porque los elementos, ésos que tanto juegan en un acontecimiento como el toreo donde tantas cosas se tienen que alinear para rematarse en triunfo, se ponen a la contra. La tarde de hoy en Berja fue de ésas: a contracorriente. Sobre todo, por el juego pésimo de los toros de Benítez Cubero que le correspondieron a Diego Ventura. Con todo, se impuso el de La Puebla porque le asisten las armas de la capacidad y de la ambición. No hay pelea a la que pelea no afronte por más que, como la de hoy, se ponga a la contra. Dos orejas -una en cada toro-, obtuvo Diego esta tarde y ambas fueron, como se dicen, arrancadas. Su primer toro duró lo que una vela en la playa. Se paró sin remisión y con él, casi todas las opciones de lucimiento. Casi todas, porque cuando queda un mínimo resquicio, Ventura lo convierte en un boquete. Pasó en esta primera faena, que inició con Guadalquivir y puso toda la carne en el asador en banderillas con Lío y en el último tercio con Remate. Fue consciente el público almeriense de la entrega y disposición del torero y le correspondió con el primer trofeo. El segundo lo logró ante el cuarto, muy deslucido también, sin clase y sin transmisión. Otra vez lo puso todo Ventura, que se la jugó en banderillas con dos de sus grandes apuestas de la temporada, Fino y Dólar. Se la jugó porque expuso una barbaridad en aras de provocar las arrancadas que el Cubero se guardaba. Y llegó a los pitones con el espacio justo para hacer la suerte y salir de ella tras clavar ante las reservas del astado, que esperaba hasta la saciedad y que se ponía por delante de las cabalgaduras. Mató pronto otra vez y se hizo Diego Ventura con la segunda oreja de la tarde para asegurar un triunfo de ésos que se valoran por el trabajo que costó.