Por Ventura no iba a quedar

El toreo también es imponerse. Sobreponerse. Encarar los problemas que plantea la lidia del toro, buscarles solución y encontrársela. La de hoy en El Puerto de Santa María –el día de la reinauguración de una plaza emblemática- fue una de esas tardes en las que toca estar por encima de los elementos. En este caso, por encima de un lote de nulas posibilidades, desobediente, a su aire, agarrado al piso y, por tanto, pesado, manso, en una palabra. Tanto uno como otro. Si acaso, se movió algo más el segundo toro, pero lo hizo de forma fea, defensiva, sin ritmo ni intención cierta de embestir. Al menos éste, Precioso II-27 de nombre, permitió ver a Sueño y un amplio despliegue de su capacidad para lidiar desde un sentido de la belleza que le viene de nacimiento. Sueño es la belleza hecha caballo. Su expresividad es tan bonita, tan natural, que engancha muy pronto con los tendidos y los hace suyo. Eso ha pasado en el inicio del tercio de banderillas de este cuarto de la tarde. Mira que el toro no quería, pero Sueño se lo cosió a la grupa, lo enceló conduciéndolo a centímetros, tiró de él sin un solo tirón, al ritmo que el toro no tenía. Y así, una vuelta casi completa para luego recortarlo sobre una losa, meterse por dentro y cambiarle el costado para volver a empezar. Una vez, dos, tres, varias… Sueño toreando. Haciendo ese toreo que es imponerse y sobreponerse para ganar. Sueño lidia plena del toreo cuando éste sólo puede ser así. Como Roneo, un experto en resolver dificultades, en templar destemplanzas, en invadir cualquier terreno que sea y apoderarse de él. Roneo hace bellos los quites       –sus tierra a tierra tienen personalidad propia- y es pura eficacia y facilidad para meterse entre los pitones, clavar y quedarse para seguir toreando. Siempre en la cara, sin irse nunca. Un prodigio lo de este caballo. A gran nivel rayó al principio de todo el nuevo Añejo, puro temple de salida para sortear derrotes sin que le alcanzaran. Eso, y un recorte sobre la grupa en los medios sencillamente soberbio. Más por él que por el toro de Sampedro, completó Diego el carrusel de cortas al violín con Remate, corolario de un rejonazo de efecto fulminante. Pidió el público con fuerza las dos orejas, sabedor de la dimensión muy por encima de las circunstancias que había ofrecido Ventura, pero el palco –cosas de los palcos- no lo entendió así. En su primero, el rejoneador de La Puebla del Río tuvo aún menos recursos en sus manos. Humoso-27 salió frío como si fuera diciembre en vez de finales de julio. Y ni con el rejón reaccionó. Lambrusco, torerísimo, no le atacó nunca. Prefirió la vía del convencimiento. Y en ésas, pegó Diego con Lambrusco un manojo de muletazos de ésos que gustan y llegan tan directos en este rincón del Sur del toreo. Visto lo parado del toro, sacó Diego a Nazarí, el experto en invadir espacios imposibles para llenarlos de posibilidades. Intentó Ventura encelarlo y torearle de costado, a dos pistas, pero, reservón hasta la desesperación, el de Sampedro nunca reaccionó al envite. Tres banderillas clavó el sevillano a base de batir en la misma cara para provocar y traerse consigo, al menos, si no la embestida, sí la acometida. Cada vez más parado el toro, salió entonces Milagro que, ya para empezar, pegó un quiebro inesperado con el toro completamente parado en el que cupo, como en un solo movimiento, el cite, el embroque, el quiebro, la suerte y la salida de ella sin irse de ella. Lo hizo para clavar y lo hizo antes de clavar y entremedias de clavar. Toreando, siempre toreando. Oponiendo una capacidad infinita a lo reacio del cuatreño, soso, sin alma. Anduvo muy certero también el torero con el rejón de muerte con Remate después de un carrusel de cortas que Ventura se inventó. La oreja fue inapelable también. Y terminó la tarde con Diego ampliando su propia historia y, en este caso, la de una plaza grande, más bella aún si cabe, que hoy empezaba un tiempo nuevo en su vida. Lo ha hecho iluminada con la luz de Ventura que, más allá de los elementos, se impuso a todo para regalarle a El Puerto el triunfo que se merecía. Que por él no iba a quedar...  
24/07/2016
 El Puerto de Santa María (Cádiz)
oreja y oreja con fuerte petición de la segunda
Hermanos Sampedro