Sueño y Roneo marcan la cima de la noche

Ya tenía ganas Diego de brindarle a Portugal, su cuna, esa noche de toros donde se desplegara todo el arsenal de magisterio que viene derramando en 2015, plaza a plaza, lugar a lugar. Ya añoraba Ventura poder romperse y dar lo mejor de sí y su cuadra galáctica. Por fin pudo hacerlo anoche en Moita, donde la diferencia de las citas anteriores en Lisboa y Alcochete estuvo en el juego del lote de toros de Paulo Caetano que le cupo en suerte. Un lote de toros grande y exigente, pero que tuvo esa movilidad que le basta al rejoneador de La Puebla del Río para mostrarse en toda su extensión. Paró al primero con Maletilla, dibujando un recibimiento bellísimo por cómo se dobló con el toro y por los dos recortes que dejó antes de clavar dos farpas de frente y dejándoselo venir de largo. Tuvo intensidad ya ese primer envite antes de que en banderillas, Nazarí toreara tan despacio como le es propio aprovechando el buen ritmo del de Caetano. Se gustó a dos pistas y clavó dos banderillas en el estribo conformando un conjunto homogeneo y muy reunido. Ya estaba ahí metida la gente de lleno, lo que terminó de hacer cuando salió Milagro para protagonizar un tercio de gran pureza, la que le define también. Dos banderillas dejó: la primera galopando de frente. La segunda, parándose a escasos tres metros de la cara del burel para esperar su embestida y entonces batirle. Moita vibró con esta primera entrega del Ventura grande de esta temporada para el recuerdo. El segundo fue un sobrero de 603 kilos, ancho, hondo y largo como un tren. Un toro cuajado a más no poder, rematado y fuerte por todos lados. Menos mal que, sin ser bueno del todo, al menos se dejó. Eso permitió a Diego Ventura disfrutar más y ofrecer buena parte de la imagen y del estado de forma de esta temporada para el recuerdo. Paró a este segundo con Lambrusco antes de firmar un gran tercio de banderillas con Sueño y Roneo. El primero no parece que haya estado algún tiempo fuera de las plazas. Lo suyo anoche fue lo que se dice un taco gordo. Galopó de costado muy templado y dejó cuatro recortes por los adentros muy ajustados para después firmar cuatro banderillas de sensación. Dos galopando de frente y las otras dos, dejándose venir al toro después de pararse y quebrar en el momento exacto del embroque. Espectacular la ejecución y espectacular la reacción del público de Moita. Roneo, por su parte, en nada deja entrever que sea otro de los debutantes del año. Ya es otro de los caballos importantes para Ventura y anoche demostró por qué. Vive a gusto entre los pitones de los toros, tiene un elegante y un emocionante valor natural, se siente cómodo asomándose al precipicio donde todo puede pasar y tiene la capacidad para hacer que pase lo que Diego le manda. Vibró Moita con la exhibición de Sueño y de Roneo. Loco por redondear su actuación y a petición del público que pedía más, Ventura terminó con Remate con quien clavó dos cortas al violín y se desplantó volcándose literalmente sobre los pitones del ejemplar de Caetano en la última demostración de la noche de cuánto le importa a Diego torear, dar lo mejor de sí y triunfar en Portugal. Este año no lo ha tenido fácil, pero lo ha hecho. Como anoche en Moita, donde otra vez se impuso el Genio.  
17/09/2015
 Moita
 vuelta y vuelta
Paulo Caetano