Diego Ventura se despide del campo bravo mexicano

Cuando encara sus dos últimos compromisos de la temporada mexicana y a tan sólo unos días de su regreso a España, Diego Ventura sigue despidiéndose progresivamente de toda la gente del toro en el país azteca que tan bien le ha acogido, que tanto le ha querido y que le han regalado meses inolvidables. Tras la emotiva carta de despedida publicada hace unos días, el rejoneador quema las últimas etapas de su estancia en México, al tiempo que sigue recogiendo más y más muestras de cariño. Porque no han sido sólo los triunfos en las plazas, los llenos en tantas de éstas, el calor del público y el arrope de los compañeros de profesión, sino también la generosidad de los ganaderos de la tierra, que le han abierto las puertas de sus casas para poder preparar cada uno de sus compromisos y no cesar en el trabajo diario con la cuadra. La última de estas ganaderías ha sido la de Ordaz, donde Diego Ventura ha cumplimentado prácticamente el último de sus tentaderos y entrenamiento en el campo antes de regresar a España. Una jornada que, como tantas otras, fue un deleite y una gozada. Por el juego de los animales a los que se midió, por el nivel que pudo desplegar, por el punto en el que tiene a sus caballos y, como queda dicho, por la acogida y el cariño de los ganaderos y de tantos amigos más que le arroparon en esta nueva ocasión.

Ya lo dijo Ventura en su carta de despedida: que no encuentra cómo agradecer a los criadores de bravo mexicanos tantas atenciones y toda la colaboración prestada para que, también en la trastienda de la preparación y del día a día, estos meses en el país azteca conformen un tiempo de inolvidables vivencias en lo personal y en lo artístico.