Diego Ventura, en profundidad en Tendido Cero

Al final de una temporada excelsa, sólo cabía un balance así. Diego Ventura ha sido el protagonista del programa Tendido Cero, en La 2 de Televisión Española. Un programa que ha servido para hacer balance del año finalizado con hitos como las dos puertas grandes de Madrid y el indulto del toro Perdido de Los Espartales en Murcia el pasado mes de septiembre, pero también para detenerse en el presente de un torero hecho a sí mismo y que se ha elevado con su tesón y talento -como así se titula el reportaje- al olimpo del toreo a caballo, como siempre soñó. Ventura mantiene una larga, profunda y valiente conversación con Federico Arnás, durante la cual hablan de la campaña de 2017, de las dificultades que, a pesar de su trayectoria y posición, se sigue encontrando para entrar en plazas como Pamplona o para regresar a otras donde ya ha triunfado a lo grande como Nimes y Francia.

También de lo que echa de menos medirse y hacerlo en grandes citas con Pablo Hermoso de Mendoza y de cuánto bien le haría ello al toreo en general y al rejoneo en particular, de su apuesta por torear encastes diferentes más allá del predominante de Murube, de lo que anhela una mayor competencia en las plazas o poder torear seis toros en solitario en Las Ventas, de lo que cambiaría del rejoneo actual y, por supuesto, de sus capotes y sus muletas: de sus caballos, su alter ego. A lo largo del reportaje, Diego pasea junto a Federico por sus cuadras deteniéndose en los boxes de algunos de sus caballos. De las estrellas consagradas como Nazarí -al que califica como el mejor que ha tenido nunca- y Sueño, de los emergentes que ya son figuras como FinoLío y Dólar y de los potros nuevos a los que dedica este invierno con el objetivo de hacerlos debutar lo antes posible, como ImportanteMunera y Homero.

Y de la teoría a la práctica, el jinete de La Puebla del Río torea también en la plaza ante las becerras –“entre ocho y nueve horas al día dedico a montar con todos los caballos”, explica- con Nazarí, con Bronce… y con Dólar. Porque Dólar ha sido la sensación del año y Ventura explica cómo lo descubrió, el tiempo que llevaba pensando en torear sin cabezada y para lo que necesitaba un caballo como éste, cómo había visto hacerlo en toreros antiguos y su reto en mejorarlo, los dos años de doma que hay detrás de lo ahora conseguido. Y todo ello lo refrenda luego en la plaza de tientas mostrando cómo entrena con Dólar el par a dos manos sin cabezada. A lo largo de su conversación con Federico Arnás, Diego se detiene “en el microclima para el arte” que tiene La Puebla del Río, recuerda a su amigo Iván Fandiño y, por supuesto, torea a pie, “otra de mis pasiones”, confiesa.

En definitiva, un espléndido reportaje del equipo de Tendido Cero para mostrar el momento que vive Diego Ventura. En lo personal y en lo profesional. En las cotas alcanzadas y en cómo busca ya superarlas. En la sinceridad en la palabra y en los hechos de un torero hecho así mismo recorriendo el camino del tesón y del talento.