Ventura reafirma su apuesta por torear diferentes encastes

Ha comenzado septiembre. Un mes que con el paso de las temporadas ha ganado peso específico en cada año taurino. La cantidad de ferias que se celebran y la importancia de algunas de ellas le convierten en un mes con mucho que decir en la suerte final en los planes que cada torero se hace. Septiembre es, por tanto, un tiempo también importante en la temporada de Diego Ventura. Arranca este sábado en Utrera y depara citas tan sobresalientes como el doble compromiso en la Feria de Albacete, el regreso a Nimes tras el acontecimiento de Pentecostés cuando el jinete hispano-luso cortó un rabo en una mañana histórica, o Murcia. Eso, entre las más llamativas por la relevancia de las plazas, pero septiembre es un mes cargado de propuestas atractivas en la campaña de Ventura que remarcan lo decidido de su planteamiento para un año especial desde que comenzó por marcar una etapa nueva en su carrera. Por ejemplo, septiembre es el mes en el que Diego Ventura reafirma su apuesta por lidiar ganaderías y encastes hasta ahora poco frecuentes, e incluso, inéditos en las corridas de rejones. Varias muestras: en Utrera, se anuncia este sábado con toros de Albarreal, de procedencia Marqués de Domecq. Y en Santoña el próximo martes hace lo propio con reses de Montalvo, con origen Juan Pedro Domecq, el mismo que encierran en su sangre los toros de Fernando Sampedro, otro hierro habitual desde hace algunas temporadas en los carteles de Diego. Este hecho supone un aliciente para el aficionado y para el profesional, dado que plantea la opción de ver a los rejoneadores ante encastes poco considerados hasta ahora para el toreo a caballo abriendo así una baraja de la que se benefician, no sólo los ganaderos que pueden entrar en este circuito, sino, sobre todo, el público, al que se ofrece la oportunidad de disfrutar cada vez de espectáculos variados y con interés, fuera de los esquemas impuestos de un tiempo a esta parte. En este sentido, Diego Ventura es un verdadero adalid. Lleva años demostrándolo al haber elegido medirse a ganaderías distintas y a encastes poco frecuentes aunque históricos como Miura, Partido de Resina, los Núñez de José Luis Pereda y hasta Santa Coloma. Abrir este abanico de hierros y de sangres es una de las propuestas que él renovó al comienzo de esta temporada decididamente importante en su trayectoria. “Ser figura del toreo no es llegar a la cumbre y conformarte. Es mucho más. Es asumir un compromiso con tu profesión, con aquello que has elegido y a lo que te debes. Pero, sobre todo, es hacerlo con el público que te acepta, te disfruta y te encumbra. El público que es la verdadera razón de ser del torero, el presente y el futuro del toreo, a quien los profesionales debemos agradecerles con la grandeza que nos confieren el hecho de que nos pongan donde lo hacen. Y parte de ese compromiso que yo asumo es apostar por otras ganaderías distintas a las de siempre. Es darle la posibilidad al aficionado y al espectador de verme y de medirme con todo tipo de encastes. Porque eso es también un reto para mí que me hace estar vivo y crecer. Abrir los hierros que toree es y va a seguir siendo una tónica en mi carrera. Es otro de mis tributos al espectáculo y al público. Mi manera de comprometerme con la Tauromaquia y con el lugar que ocupo en ella”, afirma el propio Diego Ventura. Sin duda, es otro atractivo más por el que ir a verle a una plaza de toros ahora que comienza septiembre, otro mes determinante en la suerte final de un año que el jinete de La Puebla del Río está decidido a hacer suyo.