Sólo faltó el colofón a la tarde de Ventura en Medellín

Terminó Diego Ventura su campaña americana en la Feria de la Macarena de Medellín, de la que se marcha vacío de trofeos pero con la consideración intacta por parte de la afición colombiana que ha podido ver a un torero apostando siempre al máximo y a ganador aun por encima de las circunstancias de cada momento. En su despedida de Colombia por esta temporada, le faltó al jinete cigarrero más toros y más tino. No acompañó demasiado la mitad de su lote de hoy, con el hierro de Ernesto Gutiérrez. Sobre todo el quedado primero, Borrador-422, se empeñó en ser algo así como un muro férreo donde se estrellaba toda voluntad. Otro tipo de toro fue el segundo, Golondrino-415, con más celo, mayor acometividad y, por consiguiente, más posibilidades, pero fue aquí el acierto con el rejón final lo que no estuvo a la altura del nivel global de la faena de Ventura, que alcanzó pasajes de altos vuelos en banderillas. Fue esta última faena de la temporada en Colombia, lo mejor de la actuación de Diego en Medellín. Dicho queda que más ayudó a ello la condición del toro de Ernesto Gutiérrez, que se movió y eso, unido a todo lo demás que puso el rejoneador, dotó de emoción, intensidad y alegría al conjunto. Paró al astado a lomos de Cigarrera y clavó dos rejones para atemperar la encendida embestida del cuatreño. Sin más pausa, se puso Ventura en banderillas a construir un tercio de marcada vibración a con instantes brillantes montando, sobre todo, a Ordóñez. Fue el momento en que más entregó el público de Medellín. Morante puso a continuación más conexión y todo el espectáculo para, luego, ya con Toronjo, arriesgar al clavar las cortas. Lo tenía todo encarrilado Diego para certificar su éxito, pero de nuevo erró con los aceros y las más que probables dos orejas se quedaron en una cerrada ovación que el sevillano hubo de recoger desde el tercio. Vacío de trofeos, es verdad, pero con el respeto inmarchitable de la afición de Medellín. Parado ya desde la salida, el primero fue un continuo regate en seco al empeño incesante de Diego Ventura por encarrilar desde pronto el triunfo. Obligó el toro al torero a llegar mucho para clavar y hacer las suertes con limpieza y verdad. Y así lo hizo a lomos de Oro, con el que dejó banderillas de notable mérito dicha sea la nula condición del manso. Todavía apuró más en el tramo final al clavar las cortas con Toronjo, porque, a esas alturas, Borrador se había borrado definitivamente de la tarde. Tan parado terminó el toro que el momento final del rejón de muerte quedó completamente a expensas del acierto de Diego. No fue fácil y los pinchazos terminaron de cerrar la mínima opción de trofeo que hubiera. Concluye así el periplo colombiano de Ventura con el que cerró 2015 y ha abierto 2016. Por el horizonte inmediato asoman ya las primeras luces de una nueva temporada española. A ella lleva Diego mirando algún tiempo ya con las ilusiones encendidas que guarda quien sabe que el año apunta a grande…  
13/02/2016
 Medellín
 silencio y gran ovación
Ernesto Gutiérrez