Ventura y Segorbe escriben un bello capítulo en una historia de siglos

Diego Ventura ya está en la historia de Segorbe y Segorbe, en el corazón de Diego Ventura. Tiene que ser así después de la jornada compartida por ambos bajo el argumento de uno de los festejos populares en torno al toro bravo más auténtico, multitudinario y singular de cuantos se conocen: la Entrada de Toros y Caballos. Una celebración con siglos de historia -su origen conocido se remonta al siglo XIV, y que hoy por primera vez convirtió en protagonista de excepción al rejoneador de La Puebla del Río. Diego ha sido la primera persona no nacida ni empadronada en Segorbe que participa como un caballista más en este gran espectáculo para los sentidos que dura tan poco como apenas un minutos y 500 metros de recorrido, pero que deja el poso de lo que dura ya para siempre en el recuerdo. Dice la tradición que son trece los caballistas que arropan a los seis toros bravos que se conducen a lo largo de la céntrica calle Colón, en pleno casco histórico de Segorbe, sin más separación entre los animales y el mucho público que asiste, que los propios caballistas. Trece hasta hoy, porque hoy fueron catorce al estar entre ellos Diego Ventura. El jinete ha atendido así la invitación muy especial que le hizo en su día el ayuntamiento de esta localidad castellonense para que viviera como un vecino más esta fiesta para conmemorar así, con Ventura, el décimo aniversario de su declaración como Fiesta de Interés Turístico Internacional. Para la ocasión, montó Diego a su caballo Maletilla y se fundió en esta fusión total del hombre con la naturaleza que simbolizan y encarnan los caballos y los toros. Rápida, la manada de toros hizo perfecto la carrera, con una limpieza y pulcritud perfecta. Tanto que, por un momento, pudo el torero olvidarse casi de montar para abrazarse literalmente, echado encima de él, de uno de los toros, lo que viene a ser la forma más pura y sincera de vivir esta gran experiencia. "Ha sido completamente mágico, inolvidable, fascinante. Es una vivencia tan intensa y emocionante que me ha provocado una gran felicidad. Es tal la sensación de libertad que se tiene, de plenitud por fundirte de esa manera con los animales, que ya no lo olvidaré jamás", confiesa emocionado Diego Ventura. Pero no es lo único que le ha sorprendido de lo vivido: "Es increíble la cantidad de gente que asiste, que abarrota la calle desde mucho tiempo antes, que jalea la Entrada con una pasión que casi tiembla. Además, me han tratado con un cariño y una admiración muy especiales. De verdad que sólo tengo palabras de agradecimiento para Segorbe y sus gentes". E insiste Diego: "Que te inviten a algo así y que seas tú la primera persona que lo vive tan desde dentro en seis siglos de historia es algo impagable, que me honra, me desborda y que me hace sentirme más feliz aún y agradecido a mi profesión y a cuanto me está dando".